lunes, abril 29, 2013

Desde ayer las respuestas para hoy

Considero que para entender, proponer y solucionar muchos de los problemas que enfrentamos como sociedad, debemos observar las temáticas como insertas en una globalidad. Algo muy interesante en este sentido hace Varela (1946-2001) poco difundido para lo relevante de sus aportes, puesto que en el fondo aclara cómo entiende el humano y eso, en definitiva, aclara cómo debemos conducirnos hacia un camino lúcido en términos sociales.

Bueno, el material habla por sí sólo, más adelante probablemente escribiré sobre cómo aplico esto en mi investigación en educación, educación superior y adquisición de la lecto-escritura en los niños, el día a día, la filosofía budista, la cocina, la escritura, etc.,etc.

Montegrande - Fantástico documental de la vida y propuesta teórica de Francisco Varela

https://www.youtube.com/watch?v=ycfnChXihC0

Entrevista en la Belleza de pensar

https://www.youtube.com/watch?v=3-VydyPdhhg

domingo, agosto 28, 2011

Russel Banks: El ángel sobre el tejado

Siempre he tenido esa relación tensa con el cuento norteamericano, con el cuento que las camadas jóvenes de escritores suelen festinar. Con el punto seguido. Y la muerte de la subordinación. Pero como en toda categoría, y en un país tan grande como aquel, hay muchos exponentes que están lejos de las caricaturas.

Que el sufrimiento existe es uno de los principios de la filosofía budista. A lo largo del ángel en el tejado de Russel Banks se enarbolan distintas historias que miran el fracaso, -el del sueño americano neoliberal, de la familia feliz, del matrimonio, del futuro económico, del reconocimiento que conlleva el éxito- desde un ángulo llano, donde la mayoría de los protagonistas está en una posición suficientemente distante del fracaso como para comprender aquel principio del sufrimiento y sus raíces más profundas.

Como en un acto de sublimación del presente, estos seres frágiles abrazan la realidad y en medio del padecimiento asoma la lucidez y la profundidad del sentido de la existencia. Las verdades del fracaso.

Un hombre evoca a Sarah Cole, una mujer horrible de una clase inferior y vieja con quien tuvo un affaire que él interrumpe abrupta y violentamente. Él era joven y hermoso, exitoso, solitario. Rememora el deslumbramiento que esa fealdad y el desparpajo de ella le provocaban. Una conversación de pasillo en un centro comercial gatilla el dolor tardío, él la amó, quizás fue a la única mujer que amó en su vida.

El alcoholismo de un padre es rememorado por un hijo adulto en la culminación de su peregrinaje por las casas de su infancia, donde sobrellevó la violencia de los conflictos matrimoniales y el vicio. Un enorme pez mágico muere a causa del pánico que provoca al poder el agenciamiento popular y de la avaricia que este mismo agenciamiento provoca. Un matrimonio alcohólico que subsiste el invierno con una vaca asume el fin de su relación en una noche en el cementerio.

Así, varias historias se urden en torno a un proceso de agnición del sufrimiento provocado por el deseo desmedido y el consecuente discurso de la pérdida al cual se aferran las biografías. Sin embargo, el movimiento que distingue a este volumen de otros que versan con respecto al fracaso y que, a mi parecer, lo une al budismo y al oriente, es Djiin.

No es azaroso que el cuento esté justo a la mitad del libro. Djiin -de dónde surge el título El ángel en el tejado- es un hombre africano alienado que se pasea semidesnudo por la calle y atrae poderosamente la atención del protagonista, un trabajador norteamericano que tiene como tarea instaurar el modelo de trabajo de su empresa en áfrica. Este ser atractivo trepa un edificio desde donde mira a la gente que come en la terraza de un café, sus ojos llenos de compasión impactan en lo profundo al extranjero, que se conmueve de manera inexplicable con esta mirada y luego de presenciar la muerte del africano, termina contagiado de su acción hasta el punto de emular su acto rebelde de subir al tejado contra la ley, aún frente a la amenaza de la muerte.

Djiin es el símbolo del presente, de la vida del desapego, de la libertad que los márgenes y el estado primitivo otorgan a los hombres. Djiin es vivir sin miedo, sin proyectos, sin pasado. El espíritu inevitablemente contagioso y peligroso de la libertad.

El sufrimiento existe dice la filosofía budista. Pero siempre acaba. Banks está lejos de ser un optimista, sus historias y escenarios están demasiado al borde de lo irreversible, pero nos abre esa ventana a lo insondable, al aquí y ahora, sin más, a través de una prosa reflexiva con descripciones vívidas y envolventes.

Podría seguir escribiendo eternamente de este libro, pero ahora lo dejo ir. Espero que alguien más lo disfrute como yo.

martes, agosto 16, 2011

Un árbol, una roca, una nube

Carson McCullers era alcohólica, su marido también. Ella es una buena escritora, ella llega al fondo de las cosas. Carson sufría por amor, un cliché, el más doloroso de los clichés. Yo me he enamorado sólo una vez en mi vida y me ha costado caro. Pero ya sé por dónde comenzar. Gracias señorita McCullers.


Un árbol, una roca, una nube, por Carson McCullers

lunes, junio 06, 2011

El pejesapo: la belleza del despojo

Tiempo atrás supe que existía una película llamada El pejesapo, leí sólo algunos comentarios, cada uno más deslumbrado que el otro. Y luego silencio. Nadie continuó hablando del film, no ganó ningún premio, los críticos internacionales no alabaron esta pieza que deslumbró en su aparición.

Comencé a buscarla, anhelarla mejor dicho, llegué a Cinépata.com y la encontré, como una casualidad alegre en medio de una temporada de claustro mental. La película comienza con un rescate, el del pejesapo precisamente, está filmada con una cámara precaria y en ocasiones descuidada, que otorga esa intensidad que recorre todo el film, la duda con respecto al límite entre la ficción y la realidad, la emoción de si es un montaje o si en realidad nos están abriendo una cortina hacia un espacio de personas residuales que decaen en vicios e ignorancia en una tozudez férrea contra una realidad que sólo embiste.

La historia del pejesapo es incierta aunque conocida, un ex presidiario, orate y suicida, pastero, ladrón, parásito, anarquista, cesante. Luego de ser rescatado se instala donde nadie lo quiere y continúa buscando a costa de los otros, de unos viejos alcohólicos, de una esposa limítrofe con pensión de invalidez, de un amigo adicto, de un transformista inocentón. El pejesapo es un depredador en todo sentido, lo sabe, lo padece y lo declara.

Ver a este personaje/persona avanzar sin temor por rincones vetados provoca, inevitablemente. Me sentí atraída y sorprendida, excitada viendo todo iba en una dirección insospechada, sorprendida, por ejemplo de la forma de expresión de Daniel SS, el pejesapo, una prosa lúcida, un vocabulario simple y llano, nunca estereotipado, menos limitado.

Y surge entre todo este cuadro la belleza, el amor por el anormal, su mujer y el travesti. Podemos verlo en el proceso de despojo de los prejuicios del heterosexual atraído por este ser frágil y delicado, hermoso, cercano, como él, tímido en su diferencia. Es rubio, alto, delgado, un poco narigón y muy femenino. Eres linda le dice el pejesapo, déjame fumar de lo mío para atreverme, te quiero, sentí que me estabai dedicando la canción... y luego una relación homosexual en vivo y en directo, sexo oral, una conversación en torno a las formas de sentir placer de los travestidos. Me recordó a Tengo miedo torero de Lemebel que se mueve por estas mismas aguas del amor prohibido entre hombres y no tan hombres, entre seres deslumbrantes que asustan.

El pejesapo es un descreído de la sociedad, del amor, de las convenciones. El pejesapo deja callado a un gringo que dice cómo vivir la vida del éxito desde la limpieza. El pejesapo quiere vender piedras. El pejesapo marcha con los skin heads. El pejesapo fuma pasta en la sede de la población. El pejesapo deja botada a su esposa por irse con un transformista de circo pobre. El pejesapo desprestigia al empleador de falsa caridad. El pejesapo se siente viejo. El pejesapo somos todos en potencia negativa, despojados y alienados, ansiosos de caos destructor en el camino sucio a la iluminación.

Bienvenidos a quienes pasen por acá, gracias por detenerse.